
… Allí, donde se codeaban jugadores como Carlos Román y Miguel Castaño, Gonzalo Zoraida, Arturo Hoyos (el de Jorgito), Macías y los Malicia; los hijos de José Güete, Cuchinando, Enrique Barrigas y Octavio Ñervo; además de los Pichonchas, Pichingos y Polonios… Viven las golosas que eran marcadas por las niñas y de donde eran sacadas de las greñas las usurpadoras. Viven debajo de los adoquines y baldosas la hueca donde se jugó a las bolas; y las cinco cholas para jugar a la once con corozos…
EL PLAN DE LAS MADRES
UNA FABRICA DE SUEÑOS
Era…
El sitio a donde llegaban los circos para presentar Genoveva de Brabante y otros dramas; donde colocaban la ciudad de hierro que invitaba a disfrutarla con la canción España, mi Bella España; donde un mal día, un chico de los Calentonas se soltó del columpio y casi que se mata.
Era eso… y mucho más.
Era el sitio donde Los Piedrahíta y Francisco Chupete alquilaban bicicletas a diez centavos el cuarto de hora; donde los bisoños imitadores de Cochise y el Ñato Suárez, caían con las pesadas bicicletas Monark por el barranco hasta el frente de Las Garrotas, llegando primero ellos y encima, de ñapa, la bicicleta.
Era; pero murió.
Fue el lugar de los partidos entre los imitados Nacional y Medellín, cuyos jugadores entregaban su alma; donde se lucían arqueros como: Horacio Tobón, Arnoldo Zora o Humberto Hoyos Jiménez; donde el dueño del balón de tripa, aunque fuera un tronco y maleta era fijo en el equipo.
Era allí, donde un tal Luis Carlos, Promotor de Asocomunal, promovía y entrenaba a los futuros jugadores.
Y se murió.
Allí, donde se codeaban jugadores como Carlos Román y Miguel Castaño, Gonzalo Zoraida, Arturo Hoyos (el de Jorgito), Macías y los Malicia; los hijos de José Güete, Cuchinando, Enrique Barrigas y Octavio Ñervo; además de los Pichonchas, Pichingos y Polonios; donde Los Apóstol que llegaban tarde a los partidos y tranzaban su entrada, con bolis y helados gratis.
Era a donde Gonzalo Capacho tenía que ir a buscar a Víctor Mario, porque le había dejado la tienda sola. Allí, donde las jugadas eran narradas por Orlando Vergarita y comentadas por Danilo Pájaro…
Pero, se murió.
Era el sitio donde estos imitadores de Pelé, Tostao, Rivelino y Garrincha, soñaban ser siquiera como ellos. Y chupaban helados de la señorita Margarita y de Herminita; era donde se jugaban los clásicos de calles vs carreras y Externos contra Internos; donde, después de los partidos, la muchachada molestaba a Julio Maracas, quien vivía en el subterráneo de la tienda de don Luis Tamayo.
Era… pero falleció.
Fue un sitio rodeado de bonitas, como Las Garrotas, las Naranjo, las hijas de Justico Montoya, las de Chucho Alzate y las de José Claudio Herrera y otras más, porque la lista sería muy larga.
Era allí a donde las Internas del colegio o la Normal dirigían sus miradas buscando al novio soñado.
Fue… pero murió asfixiado…
Y lo taparon primero y después falleció. Y aprisionaron en un canalón rodeado de casas a la escuela anexa de niñas Tiberio de J. Salazar y Herrera.
Mas, dejaron algo afuera:
Viven las golosas que eran marcadas por las niñas y de donde eran sacadas de las greñas las usurpadoras. Viven los juegos de saltar al lazo.
Aún está latente ese sudor y lágrimas de jugadores y aficionados; de los otrora muchachos que llenaban de parches las vejigas de los balones cuyas tripas a menudo eran trozadas por la pita que las ahorcaba.
Viven debajo de los adoquines y baldosas la hueca donde se jugó a las bolas; y las cinco cholas para jugar a la once con corozos.
Viven también las tapas de los frescos, con su cáscara de naranja pegada por la parte cóncava de la misma. Porque a falta de bolas o corozos, buenas eran también las tapas. Lo recordamos, así mismo seis personas: Yo, Tú, El, Nosotros, ¡Vosotros y Ellos!
(*) Hay una lista interminable de jugadores, pero por el lapso o época aquí descrita, me limito a mencionar solo a éstos, muchos de los cuales, al igual que El Plan de las madres, también fallecieron. (Réquiem, también por ellos…)
Glosario:
-Tronco o maleta: Jugador lento, malo, pero al que había que meter al partido porque era el dueño del balón.
-La Golosa. Rayuela. Deberán saltar con una sola pierna y donde estén los dos cuadrados o casilleros juntos podrán apoyar sus dos piernas, una en cada cuadrado. Cómo jugarlo: Se trazan los 12 casilleros que van de la tierra al cielo. Se arroja una piedra o tapa de gaseosa progresivamente hasta el cielo, empezando por el uno.
-Parches, las vejigas, tripas: Parte intestina de caucho de los balones que se extraía para remendarlas y luego introducirlas a su lugar para ser infladas a través de un tubito o tripa que se amarraba e introducía también dentro del cuero del balón.
-La hueca: El juego tradicional consiste en hacer un hoyo o hueca en la tierra (con una chapa) y a cierta distancia una raya; un jugador trata de posicionar su canica o bola en el hoyo.
-Cholas: Juego de varias huecas con valores para cada una, para jugar a la once.
-La once: Juego en el que se lanzan muchos corozos de los cuales salen algunos con precisión para ir a las diferentes cholas, sumando puntos en cada una cuyos valores son 1, 2, 3, 4 y 5 que es el del centro. Si no ha llegado a la once, puede plantar hasta la siguiente ronda, con el peligro de que alguno de los siguientes pueda ganar. Gana el primero que, sumados los puntos llegue a once. Si se pasa, se eleva.
Frescos: Gaseosas, refrescos de sabores.
Anexo:
Pero, ¿Qué era el Plan de las Madres?
Era una especie de patio externo de la escuela anexa de niñas Tiberio de J. Salazar y Herrera; una pequeña explanada en tierra que la costumbre de los deportistas adoptó como una muy pequeña cancha de fútbol sin medidas reglamentarias, cuyas tribunas que eran el barranco, por la cercanía a la iglesia, a la Normal de Señoritas y a la plaza pueblo (a tres cuadras), fue muy frecuentado por aficionados al fútbol; además, para aprender a montar en bicicleta. Después de un tiempo, se fue deteriorando drásticamente hasta parecer abandonado. Luego fue vendido a un particular para edificar viviendas.
Granada, 20 de julio de 1998
Nota: Estas fotos y la principal, son del año 2007 en la celebración de los 200 años de Granada. Muchos de los jugadores de las imágenes, cuando niños, se codearon, sudaron, sufrieron y gozaron en el Plan de las Madres.



José Carlos
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Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.