Hubo un Granada en los 70’s, en que los hombres jóvenes usaron pelo largo, pantalones de Terlete (con bota campana hasta de un metro) y chanclas Tres Puntadas de llanta de carro. Y una época en que la radio se fue metiendo a las casas, con héroes fantásticos, pero sufridos, como El León de Francia, Arandú y Kaliman y con radionovelas como La Castigadora” y El Espectro de las Dunas…
HUBO UN GRANADA Y UNA EPOCA…
Hubo una Granada en los 70’s, en que los hombres jóvenes usaron pelo largo, pantalones de Terlete (con bota campana hasta de un metro) y chanclas Tres Puntadas de llanta de carro.
Y que se colgaban del cuello escapularios de cuero y en sus muñecas usaron el reloj Citizen de la novia y ella, el pesado y grande Orient Tres Tornillos de su amado.
Y hubo una época en que por la emisora RADIO 15 se escuchaba a Raphael, a Sandro, a Palito Ortega y Leonardo Favio; a Tormenta, Claudia de Colombia y Vicky; a Camilo Sesto, Billy Pontoni y Oscar Golden!
¡Y un Granada en que la juventud iba a las heladerías: Brasilia , Noches de Paris , La Central, la última de la cuales era atendida Ramón Buñuelo, acompañado por Eugenio Gallo fino y Los Caravanas. En ella, los cigarrillos Marlboro, que eran perseguidos por Los de Rentas, los encaletaban en el piano, que emitía canciones modernas revueltas con tangos, corridos y rancheras!
¡Hubo un Granada en que algunos de sus jóvenes aprendieron a fumar Imperial y otros a fumar la mona, como se le decía a la marihuana. Y una época en que Arcesio Gómez Penca (RIP) se especializó en hacer los fuetes de fibra trenzada y a los cuales se les denominó Nueva Olas!
¡Un espacio de tiempo hermoso en el que las manifestaciones culturales, aunque empíricas, pululaban en el ámbito aún aldeano. Es así como los festivales granadinos de la canción eran disputados en los escenarios del pueblo, por Celina Cano y José Carlos, o sea yo; y donde al ganador se le daba un par de medias y un librito de Colcultura que valía tres pesos en el mercado, pero que era todo un tesoro para el corazón. (Aún lo conservo con devoción).
Era un Granada en el que el Salón de Actos de las Hermanas, atestaba de público ansioso de ver el último drama de don Gildardo Tamayo, que dirigió obras como Amor Encadenado o Pascual Bruno y La Comedia de las Equivocaciones; en las cuales se recuerdan las actuaciones Nubia Giraldo Orejas, Beatriz, Lucero y Oscar Jaime Hoyos Naranjo, Roberto Giraldo Salazar, Camalario o Carlos Mario Rivas, Gonzalo Ortíz (Pichón de Alcalde), yo, y otros, que aunque no menos importantes, se escapan de la memoria!
Y una época en que los rumores de serenata se escuchaban casi todas noches, y donde los corrillos de jóvenes sentados en las esquinas entonaban a voz en cuello, las canciones de Tormenta, Leo Dan, Fausto, Claudia de Colombia, Garzón y Collazos, Antonio Aguilar, Miguel Aceves Mejía, revolviendo en el improvisado recital, la vieja época de la música y la importada Balada. Estas cantatas sucedían especialmente cuando la luz se iba, por razones que nunca explicaba la Electrificadora de Antioquia, ni sus empleados, el más destacado de ellos, Jesús Usme.
¡Y un Granada que fue visitada por la Bonanza Cafetera, la que alivianó en algo el rudo trabajo del campo, que cambió totalmente la arquitectura del pueblo, porque ya había con qué echarle plancha a la casa; pero que, también fomentó el consumo del aguardiente, la cerveza y el juego.
Y una época en que la radio se fue metiendo a las casas, con héroes fantásticos, pero sufridos, como El León de Francia, Arandú y Kaliman y con radionovelas como La Castigadora” y El Espectro de las Dunas.
¡Y un Granada donde en los poquísimos televisores que había, veíamos Pinina y a Una Vida Para Amarte, pero, también , a un títere de caucho muy bien manejado: el siempre bien recordado Topo Gigio
Hubo pues, una época y un Granada que fueron: hermosas y felices.
Noviembre 1 de 200

José Carlos
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Navegando por Granada
Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.