TRABAJO COMPRIMIDO EN MUJER

Beiba vive en un caserón inmenso. Allí, como en una erita, cultiva coles, guasquilas, cebollas, plátanos y algunas hierbas medicinales.  Un ventarrón de los de agosto, cierta vez le acabó con el 50% de la cosecha de plátanos: tenía cuatro matas y le tumbó dos...

 

BEIBA, LA DE LOS TAPA’OS

TRABAJO COMPRIMIDO EN MUJER

Si escribo sobre la requeteconocidísima Beiba, es seguro que la mente de los granadinos se trasladará arribita del colegio y se situará en una casa de puertas cafés, donde vive la legendaria mujer.

Pero, si escribo es sobre Carlina Beda Salazar (de los Lolos) y Yepes  (de los Mayei), es seguro que nadie la conoce, aunque, a decir verdad, Carlina Beda y Beiba, son una misma persona.

Mujer de estatura y edad indefinible; cabello negro de laboratorio, balaca y vestido floreados, candongas doradas y dos anillos en sus dedos pompitos.

Con su altura de niña de un digito de edad, son sus sueños mucho más grandes que ella y como cualquier adolescente, suspira aún por un novio, tenga él diecinueve, o cuarenta años.

Nació hace días en la vereda Las Vegas, pero pronto se pasó a vivir a Guadualito o Guadalito, donde desde niña tuvo que revolar en cuadro, trabajando en muchísimos oficios. “Potranquitas” las llamaban a ella y sus hermanitas que de niñas, empacaban bultos o fardos de aliños: comino, azafrán, canela, para una fábrica que tenía Marcos, su cuñado en Medellín: Aliños La Gran Cocina:

Empecé a trabajar desde chiquita sacando cabuya, haciendo ventiadoras o chinas para el fogón; hice canastos, canasticas y esteras de dominico, para que se pudieran rascar las niguas en  la cabuyita. -Dicho esto, suelta una sonora carcajada.

Le tocó trabajar en molienda: de contrahornera, cargadora de  bagazo y arriadora las bestias en el mayal, para que corrieran más dando vueltas.

El día de la entrevista, tenía pintada la cara con rubor y los ojos rodeados de lápiz azul y de una sombra que no sombreaba, porque sus ojos eran iluminados por la emoción: ¡Estaba esperando al enamorado soñado!:

Un agente vendedor que ni sabrá que es codiciado por ella o, que, si lo sabe, bien podría pasarle lo que al doctor Armando, en Betty la Fea: tragarse.

Fue dueña de una tienda, la cual se redujo luego a una ventana, en donde atendía a los estudiantes que compraban los caramelos y tortas que ella misma hacía y en la que según Beiba, nadie me quedaba debiendo; aunque si uno charla con los ya no tan jóvenes estudiantes de entonces, se da cuenta de que ello no es del todo cierto.

Preguntada por los famosos Tapaos, dice con orgullo:

Comencé moliendo una docenita de chócolo, hasta que me encabé y ya trabajo un bulto en tres días; porque con la caricatura que me sacaron que tanta rabia me dio al principio-, cogí más fama y ya llevan los “tapaos hasta Venezuela, Ecuador y muchas partes.

Cabe anotar que el producto lo descapacha, lo muele (a mano), en la máquina Corona de Landers y lo asa ella sola, porque no le gusta que le ayuden

¡Nunca se ha engüesado  con un tapao!

Beiba vive en un caserón inmenso, que bien pudo servir de convento (pero no) y el cual tiene un solar que linda con el colegio. Allí, como en una erita cultiva coles, guasquilas, cebollas, plátanos y algunas hierbas medicinales. Claro, que un poquitico de todo ello, porque tampoco es que sea tan grande.  Un ventarrón de los de agosto, cierta vez le acabó con el 50% de la cosecha de plátanos: tenía cuatro matas y le tumbó dos.

Este cultivo es la causa de  que el presidente de Panamá, no venga  a visitarme;  porque con esas chapolas (aspas)  del helicótero me tumba todo el maíz y las matas de plátano; pero yo sé que él me quiere mucho y voy a vender muchos tapaos para ir a visitarlo.

La casita se la debo a San Martin de Porres que es al santo que más quiero. En esa casa vive casi sola, porque JORGE (mi hermano) se va para la finquita, aunque casi nunca va hasta Guadalito, porque le da pereza y se queda en El Roble

Tiene apenas nueve gallinas ya que, “en el último cólico que me dio, me tuve que comer otra y con eso se me mejoré mucho.”

Cuando esta brava, tira con lo que sea y a quien sea, porque se hace respetar es además el terror de las zarigüeyas o chuchas a las que arrasa con plátano envenenado que coloca en las matas del solar

Después de dialogar con Beiba o Carlina Beda, me despido de ella, quien se pierde por el solar recitando:

“Por esta cañada abajo

se le quebró la zanca a un viejo,

él mismo se la compuso,

 ¡me gusta que no es pendejo!”

Y esta, que es más “coja”, que como debió quedar el viejo de la anterior copla:

“Me echaste de la casa,

por no darme mazamorra!

Ahora que venga el perro,

que se la tome toda y quiebre la olla.”

 

Colofón: Así, trabajando en Granada  y vendiendo sus tapaos en Medellín, con 80 años a sus espaldas, hace más de 10 años falleció en dicha ciudad, atropellada por un bus al quererse bajar de él, al notar que se había equivocado de carro. 

Glosario.

-Mayei, Lolos: Apodos de  familias muy conocidas en Granada.

-Pompitos: Cortos y regordetes.

-Revolar en cuadro: Moverse mucho; hacer varias cosas a la vez.

Ventiadoras, chinas: Abanicos de fibra vegetal (iraca)  para soplar el fogón.

Chócolo: Maíz tierno, elote.

Tapao: Torta de chócolo molido hecha en un sartén con brasas arriba y abajo.

Engüesado: Encartado con algo.

Trova coja. Que no rima.

 

José Carlos

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Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.