
(Lectura: 4 minutos)
INSOMNIO EN GRANADA
Hola; soy antítesis del sueño; tanto, que cuando yo aparezco en escena, él, como con rabiecita, desaparece. Aunque no poseo una forma o figura específica, sí tengo un nombre conocido por millones de personas en el mundo: Insomnio; y les voy a contar algunas desventuras que les ocurren a quienes me sufren o me han sufrido durante toda la historia de la humanidad; porque no sólo agarro a gente famosa como Churchill, Newton, Lincoln, Theodore Roosevelt; a Marilyn Monroe, Charles Dickens y hasta a Napoleón Bonaparte, sino también a personas comunes y corrientes como don Chepe.
Muy a las dos de la mañana me fui entrando y posesionando de la mente y del cuerpo de mi víctima, desplazando a mi vecino don Sueño, al que por dormido saqué de taquito.
Aunque el hombre hizo repulsa y no me dejaba arrimar, en un descuido, cuando su mujer se volteó y le descargó su brazo en la cumbamba, me le entré yo.
Sigo pues. Ahí mismo comenzó Chepe a rascarse inconscientemente; luego, empezó a voltearse y a taparse la cara con la cobija, porque hasta una lucecita que salía de su reloj despertador lo estaba comenzando a molestar.
Le cambió de lado a la almohada, se volteó una y otra vez y puso parte de la cobija entre las piernas. Para entonces ya estaba consciente y comenzó a acordarse de mujeres muy bellas; estaba esbozando una sonrisa, recordó a su señora que dormía plácidamente a su lado y ahuyentó la visión, porque la carne es débil, y el demonio es puerco, mijo.
Al fin, abrió los ojos y mirando al techo notó que no había cambiado una lámpara quemada hacía semanas, que una arañita comenzaba a hacer su tela, que una gotera estaba haciendo ya un mapa en el cielorraso y que la cortina de la ventana se estaba desmenuzando por causa del sol y la vejez.
Comenzó a escuchar, sin querer, los sonidos de la noche: grillos chillones, una gata en celo, un gallo cantando desde el cementerio y un pinche despistado de horario; pero lo que más lo mortificaba era el horrible e interminable tic tac del reloj al cual tuvo que quitarle la batería para que dejara de sonar.
Ya resignado a no poder dormir, se levantó al baño, hizo tinto, comenzó a leer una revista de Selecciones viejita, bostezó y miró por la ventana el reloj de la iglesia. Eran las tres de la mañana.
Se acostó de nuevo para tratar de conciliar el sueño; comenzó a contar ovejas, pero entre ellas se metieron algunos chivos y marranitos voladores y le dañaron la cuenta, por lo cual, tuvo que empezar una y otra vez.
Espabiló y volvió a mirar a su esposa… Escuchó hasta su respiración, con cierta envidiecita; la codeó varias veces y cuando la semi despertó, le dijo al oído:
– Mija, mija; ¿Me escucha? ¿Por qué será que no hemos podido dormir? Una mirada de reproche de su consorte bastó para sentirse regañado y apenado.
Cerró los ojos físicos, pero abrió los mentales. Las imágenes se sucedieron sin tregua ni control.
En una de ellas, regateó precios y compró una casa con granero en Villa Hermosa y un bus para poderle dejar una pensioncita a su mujer por si de pronto se le adelantaba en irse pa` la otra vida… Sonrió levemente.
De pronto, abrió desmesuradamente sus ojos; se le erizaron los pocos pelos y le bajó un frío por el espinazo, al recordar que se le había olvidado ir a la cita médica porque hacía días yo, Insomnio, me le aparecía a raticos y podía convertirme en crónico; y lo más malo era que su EPS se demoraría para reprogramar su cita y -¡Quién sabes pa` cuando me la darán!- Pensó Chepe.
Sintonizó la radio y escuchó, aunque mal, una y otra vez las noticias de las primas otorgadas a los congresistas y otros doscientos empleados de alto rango; de los diálogos de paz que perjudicarían o beneficiarían la reelección del presidente de entonces, según él…
Escuchó un motor y un pito de carro en La Variante, pues en esos momentos estaba saliendo el primer carro escalera para la vereda.
Resueltamente, se despabiló, se levantó definitivamente, se bañó, se vistió y salió a la calle.
En esos momentos pasaba la procesión del Rosario de Aurora y cabizbajo comenzó a responder las letanías, mientras dos perros, también desprogramados, lo acompañaban oliendo los rincones de las aceras, buscando algo indeterminado, que pudo haber dejado algún trasnochador.
Desde un radio en La Familiar, escuchó a Elio Roca cantando Mis desvelos por ti; mientras en la misa que se iniciaba, volvía Sueño a tomar posesión del lugar que yo, don Insomnio le había usurpado en esa, su larguísima noche granadina.
Glosario
-De taquito: Fácilmente.
-Cumbamba: Mentón.
– Puerco: Cochino, malintencionado.
– Pinche: Pequeño pájaro que come granos; copetón. Chingolo. (Zonotrichia capensis)
-Pensioncita: Jubilación.
-EPS: Entidad Promotora de Salud, en Colombia
-Letanía: Oración cristiana que se hace invocando a Jesucristo, a la Virgen o a los santos como mediadores, en una enumeración ordenada.

José Carlos
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Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.