Un simpático precursor de vida:

Soy espermatozoide, al que si llego a viejo me dirán espermatozaurio… Mientras les cuento esto, veo extrañado una cantidad enorme de mis hermanos corriendo como en un maremoto, enredándose las colas, rumbo a no sé dónde; ni siquiera me saludaron y esto es una hecatombe. Al momento veo que algunos se devuelven con los ojos abiertos, dejando regados sombreros, alpargatas y zurriagos, jadeando del cansancio, y con los meros estuches de los machetes, a darnos la noticia…

 

Espermatozoide paisa

Un simpático precursor de vida

 

Hola, amigos. Soy espermatozoide, y quiero contarles que estoy muy contento aquí desde este cómodo, calientico y acogedor sitio desde donde puedo gozar de todo lo que miro y siento.

Primero que todo les cuento que me gusta más el nombre de TOZOIDE y estoy dentro de un señor más o menos joven y vengo a contarles mucho de mí y de mis amigos:

Soy como un renacuajito microscópico de poncho y carriel, el que a cada rato dejo atrás, pues se me desliza; además, tengo una cola larguísima que me ayuda a desplazarme en medio de todos mis vecinos, quienes, pese a la comodidad, nos mantenemos con ganas de conocer el mundo exterior. Es la famosa curiosidad humana aún desde nuestro incompleto estado, pues solo seremos felices cuando encontremos la otra parte: la mujer.

Mientras les cuento esto, veo extrañado una cantidad enorme de mis hermanos corriendo como en un maremoto, enredándose las colas, rumbo a no sé dónde; ni siquiera me saludaron y esto es una hecatombe. Al momento veo que algunos se devuelven con los ojos abiertos, dejando regados sombreros, alpargatas y zurriagos, jadeando del cansancio, y con los meros estuches de los machetes, a darnos la noticia: Era una falsa ilusión: un sueño que estaba teniendo Chepe.

Eso es una calamidad, porque ahí iban artistas con sus pinceles, escritores con libros en las espaldas, y hasta uno, parecía que sería presidente… pero eso se perdió con toda la información que cada uno llevaba.

Mientras me como las uñas, les cuento que, en cada salida de esas, vamos casi cien millones de nosotros, o sea que la lucha por sobrevivir entre tantos es enorme.

Pa mejor decirles, es más fácil ganarse en un mismo momento diez balotos, a que uno solo de nosotros logre llegar al óvulo que nos espera allá.

Pero, como nada es imposible para Dios que lo tiene todo previsto, miren que en cada uno de los seres humanos se demuestra, que sí es posible, porque ellos existen exactamente porque uno de mis amigos logró lo que parece un imposible, en medio de tanta abundancia: fecundar.

Y es que la concepción es la cosa más charra que hay: Eso a la cuenta de tres salimos todos en tropel cuando un hombre y una mujer se unen llenos de ternura. Arrancamos, al que más corra, dando codazos, moviendo la cola para nadar más rápido, y vamos dejando atrás a los más débiles, a los más feítos y a todos los que no tengan nuestra fortaleza.

Claro que, entre los feítos, (como algunos allá en la tierra) hay muchos que llegan primero que los hermosos, que se descuidan por mover más vanidosa y rítmicamente su cola; porque si no, el mundo estaría lleno de reinas de belleza y galanes, que, como vemos, son bien escasos en esa tierra donde le tocará vivir al ganador.

¡Pero hay que ver todas las trabas que nos ponen para que no tengamos éxito!

Eso nos ponen a correr antes de tiempo porque nos engañan trastornando el reloj biológico y el ciclo de las bellas mujeres y creemos que ya es hora de almorzar, cuando apenas es la de desayunar, por lo que salimos desorientados y morimos o fallecemos, como dicen los humanos.

Otras veces nos ponen unas barreras para que no podamos seguir pa` donde vamos y también nos morimos o colgamos la lira; mejor dicho, como dicen por allá: esa platica se perdió.

Cuando logramos llegar al huevito que nos espera, el primero que llega cierra la puerta en nuestras propias narices, de manera que, rendidos, quedamos a la deriva y cabizbajos. Claro que cuando el primero se descuida y deja un momento la puertecita abierta, logra entrar otro de nosotros y ahí es cuando se tienen que partir la torta y por eso, nacen dos bebés idénticos: los gemelos.

Les cuento que a mí me da mucha risa de los hombres que se ponen a regarnos por todas partes y no nos cuidan ni se respetan, porque en cada uno de nosotros va una información genética, que hace que el producto de nuestra unión tenga unas características muy parecidas a él. Por eso es que, como llegan ciegos de pasión, les pasa unas historias lo más de raras:

Una vez a uno de esos tipos llegó un muchacho a pedirle la cuota para la mamá. Él, con una sonrisa de satisfacción le entregó el dinero y le dijo, sonriente:

“Dígale a su mamá, que esta es la última cuota del embargo de alimentos, que por culpa de usted llevo pagando muchos años… y que ¿cómo le quedó el ojo?”

El muchacho volvió al rato y le dijo:

“Mi mamá le manda a decir que yo no soy hijo suyo… y que ¿cómo le quedó el ojo?”.

¡Ah, qué caja!

¡Es que son tan bobitos regando la sangre por ahí, como dice Juanes y dándoles papaya a tantas mujeres que ven en los hijos naturales, una fuente de ingreso económico!

Bueno pues; les cuento que yo era feliz hasta hace un tiempo, porque a pesar de lo difícil de engendrar, al menos si lo lográbamos, el resultado era, de fijo, un ser humano. A no ser que el organismo nos expulsara por algún motivo.

Ahora, ahí es donde peligra nuestra existencia, porque al unirnos con el huevito, nos volvemos es un estorbo: el papá no lo quiere porque le significa un gasto o embargo y además, dice que “Yo estoy muy joven para enfrentar la vida”; y la mamá, si está solita, dice que no puede trabajar si nace el bebé … y “que qué pena de la gente”, que “mi mamá dice que a lo hecho, pecho y que ella no se va a poner a levantar otra vez familia”. Que “mire mija que harto le advertí, que la que da un beso, da de eso y usted apenas me decía que yo era una cantaletosa; pero usted verá mijita, porque su papá está todo furioso”.

 Y por eso y otras razones, algunas no aguantan y  van a unas partes que… ni pa qué les digo. 

De todas maneras, no vine a amargarles el momento sino a celebrar a tanta gente que sí nos da la oportunidad de vivir y no nos dejan por ahí colgando de cualquier alambrado o en las oscuridades de gente desconocida, que le puede pegar, además, enfermedades que no se curan con cualquier Ibuprofeno o Aspirina.

Aquí estoy y siento que mi dueño se está tomando una Maltica con huevo, borojó, chontaduro y además, una pastillita azul; de manera que me tengo que preparar para una carrera hoy a la medianoche, porque, qué paradoja: nosotros empezamos a trabajar es cuando ellos se acuestan.

Nos vemos, porque hoy parece que habrá fiesta muy movida y ya escuché una voz femenina que dijo que “sí”.

Eso significa que me tengo que enfrentar a casi cien millones de competidores y me siento con mucha fuerza en la colita. Este será pues, mi principio o mi final. Si triunfo, recuerden de ponerme un nombre bien bonito y no de esos que usan ahora, tan raros que parecen de medicamentos alternativos. ¡Adiós pues!

Glosario:

-Poncho, Prenda con forma de manto y un orificio para pasar la cabeza, usado normalmente por el campesino.

-Carriel: Una bolsa de cuero, que en algunos países de América los hombres lo usan pendiente al cinto, con varios compartimientos; …Indumentaria que identifica al paisa.

-Alpargatas: Calzado de lona con suela de cáñamo o cabuya, que se asegura con cintas o pita..

-Charro: Divertido, curioso. 

-Zurriago: Ramal de cuero atado a un palo delgado, para arrear o atajar al ganado.

-Machetes: Arma blanca, más corta que la espada, ancha, pesada y de un solo filo. Útil para cortar ramas, árboles.

¿Cómo le quedó el ojo?”: ¿Le gustó o no?

-Borojó, chontaduro: Frutas a las que les confieren características para aumentar la potencia sexual. 

 

José Carlos

¡Opina!
Te puede interesar...

Navegando por Granada

Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.