Si la Bella y la Bestia fueran de hoy
“…Los feos somos importantísimos en la literatura; tanto que, de no ser por nuestra fealdad, no se hubieran escrito obras como la Bella y la Bestia, que yo protagonizo, sino también el Jorobado de Notre Dame, Betty la Fea, el Patito feo, e incluso Pinocho… No se deprima cuando digan, por ejemplo, que usted parece un retrato hablado; que su mamá no le dio pecho sino la espalda; que su papá lo lanzaba hacia arriba y se cruzaba de brazos; o que, cuando Dios dijo salgan los feos, ya usted llevaba media hora afuera…“

FEOS
Si la Bella y la Bestia fueran de hoy
Hola; soy Bestia, Señor del Castillo, el que se conquistó a la Bella y les voy a contar que, aunque parezca increíble, ser feo no es lo peor del mundo; porque si eres feo, no te acosan ni te seducen; no eres competencia para tus amigos pispos, no intimidas y por tanto les ahorras estrés a los demás.
Le cuento que, de no ser por nosotros, los feos, paradójicamente y por simple contraste, los bonitos no sobresalieran tanto, pues la gente no tendría punto de comparación.
Pilas, pues. No se deprima cuando digan, por ejemplo, que usted parece un retrato hablado; que su mamá no le dio pecho, sino la espalda; que su papá lo lanzaba hacia arriba y se cruzaba de brazos; que Dios lo hizo y botó la horma; o que cuando Dios dijo salgan los feos, ya usted llevaba media hora afuera.
No le importe si de usted hacen chistes, porque no será de usted solamente; compártalos con los cientos de millones que, como usted, no se ajustan al canon de belleza o características que la sociedad considera como lindo, atractivo o deseable, sea en una persona u objeto.
Mejor recuerde que: La suerte de la fea, la bonita la desea y al que a feo ama, bonito le parece; pero, lo más importante: Usted es un adelantado, porque salió primero que los bonitos, los que un día, ya viejos, llegarán a ser tan feos como usted, o más.
Recuerde que Don Ramón el de el Chavo, a pesar de parecerse a una vela derretida y a Chita, la mica de Tarzán, (según Quico), también tenía su admiradora no tan secreta aunque tampoco tan bonita; y que Fernando González “Pacheco” se gozaba de su fealdad que, con su profesionalismo, convirtió en un don. Y que el poeta colombiano, de Santa Rosa de Osos, Porfirio Barba Jacob, era conocido como el hombre que parecía un caballo.
Que, si es mueco o le faltan dientes delanteros, a Suso, la Chilindrina y otros también, y no se esconden. Mientras va a la dentistería, muestre esos arcos donde ni René Higuita sería capaz de tapar un gol entre colmillo y colmillo.
Pero, si le hacen falta más ánimos para salir de esa bobada de sentirse feo y desubicado, le cuento que, a cambio de feo, usted puede ser simpático, bonachón y gozador, hasta el punto de que quien esté charlando con usted, se olvide que es feo y comience a buscar virtudes que embellezcan su aparentemente mala apariencia.
Los feos somos importantísimos en la literatura; tanto que, de no ser por nuestra fealdad, no se hubieran escrito obras como la Bella y la Bestia, que yo protagonizo, sino también el Jorobado de Notre Dame, Betty la Fea, el Patito feo, e incluso Pinocho, al que por cada mentira le crecía la nariz. Con razón hay tantos narizones en la política. Recuerde, además, que la exitosa película El Bueno, el Malo y el Feo, hubiera quedado incompleta sin este último personaje y que Cyrano de Bergerac, aunque lo parezca, no era narizón, sino que la cara la tenía muy atrás.
Los argentinos tienen fama de narizones; pero eso no es nada comparado con los granadinos, santuarianos y marinillos que llevan ese monumento a la flema con orgullo y con la frente (y la nariz) en alto; por eso dicen que ellos tienen grandes aspiraciones comerciales, y no solo de aire.
¿Flaco? No, señor. Es que los huesos los tiene muy afuera. Mire no más a el Quijote de la Mancha, Marc Antony, Agustín Lara, el Flaco Agudelo, unos delgados que, si hubieran engordado, se les hubiera quitado la gracia, aunque no el talento.
Hubo, incluso, presidentes de Estados Unidos, que, además, fueron famosos por feos. Tal es el caso de Abraham Lincoln a quien en un debate le acusaban de tener doble cara sobre el tema que discutían a lo que, riendo, les preguntó:
-“¿Y ustedes creen que si yo tuviera otra cara hubiera escogido esta?
A lo mejor no es tan feo, sino que está en el sitio y la época equivocada.
Porque, si se siente feo por negro y de narices chatas, entre boxeadores usted puede ser una belleza; si además es calvo, en el cine podrá ser una Roca; si narizón, Gérard Depardieu, ese prolífico actor francés se quedaría chiquito ante usted.
Pero, si su mujer tiene ojos rasgados, en la China puede ser la más bella, entre las mujeres de allá.
Si ella, en cambio, tiene la frente muy alta y el cabello muy atrás, podría enviarla a la tribu Fulani, en África, donde las mujeres eliminan cabellos de su frente para lucir más altas.
Pero, si a su mujer se le baja la autoestima por ser gordita, es porque está en el lugar equivocado; deberás llevarla a Mauritania donde se cree que las mujeres obesas son hermosas porque ven al sobrepeso como un signo de riqueza; pues “mucho dinero debe de tener para mantener y sostener ese cuerpazo” piensan los jóvenes de por allá. Por eso, las niñas acuden a granjas de engorde en las que otras mujeres las obligan a alimentarse. Pueden consumir hasta 16 mil kilocalorías al día, cuando lo normal en la niñez son 1,500; sin embargo, si no comen de esa manera es poco probable que encuentren un marido en su juventud. Allá, su mujer, a la que ve gordita, será una reina de belleza y muy codiciada.
Si usted es muy bajito, en el país imaginario de los Pitufos y de Blanca Nieves y los siete enanitos, podrá ser rey; Recuerde, además, que Napoleón Bonaparte y Bolívar no eran muy altos físicamente que digamos, pero son inmensos en la historia de la humanidad.
En cambio, si su problema son los dientes y aún no se puesto las famosas carillas, váyase para el Japón donde se hacen el procedimiento Yaeba, en el que se tuercen los dientes, pues es considerado como un símbolo de juventud.
Además, si los tiene, pero negros, ahí sí se fregó, mijito, porque para que se los vean bonitos tendrá que devolverse al Japón del periodo Heian, entre los años 794 y 1185 (por la tarde), donde nació la tradición o costumbre Ohaguro que consistía en pintarse los dientes de negro.
Si su hermana es muy trompona o jetona, tanto, que para darle un beso haya que cogerla silbando, en la tribu Mursi, de Etiopía, los labios estirados son un estándar de belleza femenino; por eso las jóvenes expanden sus labios mediante un disco, y entre más grande sea este, el chico que la elija de esposa deberá pagar más por ella antes de la boda. Hasta plata se consigue con una jeta bien grande; aunque no ha de faltar el “jeta” como el autor, al que les parezcan feas, horribles y horrorosas y que mejor le daría un beso a Pumba, el facóquero parecido a un jabalí de El Rey León.
Si su esposa, además de lo anterior, tiene cuello como una jirafa, tanto que el alimento le llega vinagre al estómago; no se preocupe, que, si la lleva a las Tribus Kayan en Birmania, será apreciada en su justo valor y la verán hermosa como un cisne nadando por lagos de azul esplendente, aunque a usted le parezca una arpía.
¿Que a usted le dio viruela y quedó con cicatrices como una guanábana por todo el cuerpo? En Etiopía será un personaje muy bienvenido y hasta bonito, porque esas huellas serán símbolo de hombría en usted o, de belleza exótica en su mujer, cuyas cicatrices le darán aspecto de guerrera.
Y ya para terminar, le cuento, aunque sea feo decirlo, que el papá aconsejaba a un muchacho, respecto a las condiciones que ponía para buscarse una novia:
-Recuerde, mijito, que la belleza se acaba.
-Sí, papá; pero lo malo es que la fealdad no se acaba nunca. -Respondió el hijo.
Glosario:
Pispo: Que casi llega a bonito; un feo bien arreglado.
“Jeta”: Apelativo para ignorante.
Medellín, noviembre 27 de 2023

José Carlos
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Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.