
LA CHICHA
DE LUIS TOLIMA
(Lectura 3 minutos y medio)
Tres niños entre los siete y nueve años van por la carretera que conduce al Carmelo de Granada, para jugar un partido y pegar unas meliaítas en la cancha.
Al pasar más allá de la escuela de niñas, entraron a un primer piso, casi un subterráneo, con dos mesas y taburetes de vaqueta o cuero y palos atravesados, para sentarse en ellos. Ahí fueron atendidos por un viejito delgadito: Luis Eduardo Martínez Urrea.
Hasta ahí todo bien.
Pero si digo que ellos entraron al negocio de Luis Tolima, quien hacía la mejor chicha en cien kilómetros a la redonda, ya la cosa es a otro cantar.
Oriundo de San Carlos de donde se pasó a vivir a Guatapé, Luis Eduardo emigró luego como matarife a tierras del departamento del Tolima, de donde seguramente provino su apodo.
La chicha la hacía de piña y le agregaba unas frutas traídas del Tolima y era reforzada en la fermentación por un platanito madurito, el cual le subía el poder, para que se volviera más cogedora.
Ese delicioso licor agridulce era muy perseguido por los de las Rentas, quienes al llegar al local sólo encontraban el olor, pues todo era tirado agua abajo por su hija Amanda y por el viejito, a quien no le pesaban los años; pues a los noventa y tres, aun pilaba y molía el maíz, para hacer la mazamorra, las arepas y para fermentar otra clase de chicha, porque como los licores finos, también en este había categorías.
Este chuzo era visitado por personajes como el escritor y filólogo granadino Enrique Pérez Rivas, por su hermano Lorenzo, por Kico Suárez Lira y hasta por César Pérez García, el último de los cuales, en sus giras políticas se mandaba sus vasaos de chicha después de haberse comido una buena tanda de chicharrones.
Poco antes, dadas las luchas intestinas en Colombia, un conservador no se podía ver en tierra de manzanillos o un liberal en la de godos, sin estar en grave peligro de ser, como mínimo aplanchado o desplazado.
Entonces, ¿Qué hacía un liberal en el pueblo, cuna del conservatismo colombiano? ¿Qué hacía en un pueblo de donde liberales como Tomás Giraldo, tío del autor, habían tenido que huir por ser llerista; o en otros casos, como Enrique Parra o Antonio Tamayo, ser asesinados a causa de su doctrina política? ¡Pues conquistar adeptos!
Y entre ellos, a nadie mejor que Luis Eduardo Martínez Urrea, a quien conocía todo el mundo, pero al que respetaban y apreciaban, pues sus pretensiones de político no pasaban de ser un mero título que no disimulaba, pero sin llegar a hacerlo pretencioso, ofensivo o engreído.
Los niños salen del local, después de haberse bebido una pucha de licor y siguen su marcha hacia la cancha del Carmelo, donde seguramente perderán el partido por faltas de asistencia; porque con ese sol cayéndoles a la cara y esa rasca que apenas empieza, les importará un pepino ganar o perder, pues desde ya, parece que están perdiendo hasta el sentido y la responsabilidad.
Y ahí, en el local de la curvita de la escuela, quedan Luis Tolima y su hija Amanda, esperando clientes de todas las edades que prueben su producto, que bien debiera ser patrimonio cultural y herencia ancestral, no perseguido por el sólo hecho de no pagar impuestos, ¡porque ni dañina que será!
Glosario:
-Carmelo de Granada: Monumento a la Virgen del Carmen y a su vez, cancha de fútbol situada en la salida de la carretera a San Carlos.
-Meliaítas: Gambeteadas demostrando agilidad con el balón de fútbol para evitar ser robado por el contendor.
-Vaqueta: cuero de vaca o ternera.
-Chicha: Licor alcohólico resultado de la fermentación del maíz o de frutas.
-Cogedora: Con mucho poder de emborrachar.
-Aplanchar: Castigo que se daba con la hoja de acero de una peinilla o machete, pero sin utilizar el filo. Era una forma de presión para hacer renegar públicamente de su filiación política.
-Los de las Rentas: Resguardo o grupo adscrito al Departamento que perseguía los cigarrillos y licores de contrabando porque no pagaban los impuestos. Incluía también el impuesto de degüello de reses.
-Chuzo: Negocio muy pequeño, casi que improvisado sin pretensiones de grandeza.
-Vasaos: Licor o líquido que puede contener un vaso.
-Manzanillos: Ultra liberales.
-Godos: Ultra conservadores.
-Pucha: Botella de 750 c.c. (Equivalente a 2/3 de un litro). También es la cuarta parte de un cajón llamado cuartilla, para medir maíz o fríjol.
-Les importará un pepino, o un comino: No le importará nada.
-Rasca: Borrachera etílica muy grande.
Medellín, 25 de septiembre de 2003.
Navegando por Granada
Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.
