…Tienen que suceder esta clase de tragedias, para que la Mano de la Providencia se note ante nosotros mucho más, mostrando Los Milagros de la Tragedia: Es un milagro que al estallar el carro, sólo haya quedado el pedacito de piso o terraza donde estaba don Horacio (El Padrino), y otra repisa de ella, para su señora; desde donde aterrados, vieron que caía lo que aún quedaba de su casa con todo lo que había dentro…

El lugar: Granada, Antioquia. El día: viernes 3 de noviembre de 2000. La hora: 11:45 a.m.:
¡Suenan muchísimos tiros de armas de fuego! La gente corre presurosa a refugiarse; escondidos y aterrados esperan el cese del fuego. -Pausa en el tiroteo, y algunos salen a ver qué pasó: fatal decisión, porque sigue otra balacera. El trágico saldo final: ¡19 personas muertas por el Bloque Metro de las AUC.* esparcidas por todo el pueblo ese día.
Se empiezan a desgranar historias milagrosas:
-“Yo acababa de pasar por La Variante, cuando: ¡tas! -dice uno-.
-“Pensaba salir, pero me devolví por la cartera que se me había olvidado” –dice una señora, aún pálida del horror-.
“-El niñito mío que siempre corre para la casa, ese día se quedó escondido donde estaba”, –comenta la otra-.
Son cientos los casos en los cuales, un “algo” o “alguien” hizo que se salvaran muchas vidas y que no fueran más los muertos, de ese día aciago.
Segunda acto, mismo escenario :
El Lugar: La Variante y calles vecinas (Granada). El día: miércoles, seis de diciembre de 2000.
La hora: 11:18 de la mañana.
La Variante y sus calles aledañas se encuentran semi vacías en ese día miércoles en que muchos locales comerciales están cerrados, debido a que los negociantes han logrado, el día más perezoso del pueblo, ir a Medellín para surtir; pero la historia del mes anterior seguía en el ambiente de zozobra por las consecuencias que pudieran ocurrir… ¡y ocurrieron!
11:19 a.m.
-¡Suenan varios tiros! Las rejas de los pocos negocios son bajadas de prisa; la gente corre presurosa a refugiarse en cualquier parte.
11:20 a.m. ¡El enorme estallido de una carrobomba da inicio a la cruenta toma de Granada, por los *frentes 9°, 34° y 47° de las FARC, supuestamente como retaliación a la masacre paramilitar.
¡Lo demás, ya es historia: ¡Granada destrozada y un saldo de 20 personas muertas ese día!
Más de cuarenta muertos en dos actos, en sólo un mes.
Tienen que suceder esta clase de tragedias, para que la Mano de la Providencia se note ante nosotros mucho más, mostrando Los Milagros de la Tragedia:
LOS TIROS MILAGROSOS
¡Aunque suene paradójico, unos tiros o disparos que dan muerte, ese día salvaron vidas! Milagroso es, que un revueltero (Bandeja), quien vendía legumbres, frutas y verduras al frente del Comando de Policía, al escuchar los disparos, se escondiera detrás de la cava enfriadora de carne; y que, al estallar el carro, dicho aparato, junto con las puertas del local, volaran en pedazos.
Él, que había quedado sin defensas, saltó a esconderse debajo de las escalas, donde estuvo desde esa hora hasta el otro día, al frente del epicentro, que seguía siendo atacado con cilindros de gas y bala; pero, a pesar de ello, salió ileso.
– Conrado Tamayo, venía de la Heladería La Junín y llegando a la farmacia de Consuelo Zuluaga; situada a pocos metros de donde sería el epicentro del horror, escuchó los tiros e instintivamente, se metió al local, lo que salvó su vida, pues aún no había logrado ponerse debajo de las escalas, cuando estalló el fatídico aparato: Un carro bomba con muchos, alrededor de 400 kilos de dinamita.
– Es un milagro que, al estallar el carro, sólo haya quedado el pedacito de piso o terraza donde estaba don Horacio (El Padrino), y otra repisa de ella, para su señora; desde donde aterrados, vieron que caía lo que aún quedaba de su casa con todo lo que había dentro. En esas especie de cornisa estuvieron soportando todo el ataque; a pesar de que en los reducidos espacios en los cuales quedaron, no podían ni moverse, porque era inminente su caída al abismo, y a los despojos de la casa.
– También es un milagro; que después, el mismo paisano haya podido encontrar un dinerito, que tenía en la, ahora, pulverizada casa.
– No hay explicación de no ser milagrosa, el ver que los vecinos del negocio de Florencio Salazar hayan muerto despedazados, mientras él, con su esposa y La Belisaria, que estaban en la tienda a escasos diez metros del estallido, por la misma acera, salieran ilesos, después de siete horas de indefensión, en medio de los escombros, el fuego cruzado y los cilindros de gas.
Tuvo que haber un Ángel de la Guarda, que salvara al niño de 11 años William Jhovany Giraldo quien hacía escasos minutos había estado en la Cacharrería La 23, a escasos 20 metros del epicentro, comprando un jueguito de destornilladores, para regalarle al papá.
Y que el Bómper o parachoques del carro, que voló dos cuadras (desde la esquina de Florencio hasta los apartamentos frente a la iglesia), haya caído en la terraza del tercer piso, donde hasta minutos antes jugaban los hermanitos y la mamá del anterior niño, y que no los hubiera, ni siquiera tocado.
Y, hubo también algo raro o instintivo, que hizo que Martha Zuluaga Martínez, se escondiera detrás de dos colchones y se salvara del feroz ataque; aunque por todos lados caían bombas, granadas y demás artefactos mortales, que destruyeron los edificios vecinos y parte de su casa, de la cual salió al otro día, sin un solo rasguño físico.
Y, como para demostrar los milagros no solo sucede a los humanos, dos días después de la toma, de entre las ruinas de la destruida Agrícola La Cosecha, donde perdió la vida la jovencita Lida María Pareja Cañola, salió el gato mimado de ella (Tom), sin gastar ni una sola de sus nueve vidas; pero con un trauma gatuno que no lo dejaba salir de la casa, porque en La Variante, sí se moría del susto.
Seguramente queda enorme cantidad de hechos que pueden catalogarse como casuales, pero en los que, algo más que la mera casualidad, ha de haber influido notablemente.
¡Desgraciadamente, esos milagros de vida… no alcanzaron para todos!
Glosario:
-La Variante: Avenida principal de Granada.
-Revueltero: Vendedor de frutas y verduras.
Granada, 25 de febrero de 2001
* Centro Nacional de Memoria Histórica (2016), Granada: memorias de guerra, resistencia y reconstrucción, Bogotá, CNMH − Colciencias − Corporación Región. Páginas 99 y 100 y siguientes.

José Carlos
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Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.