
¡NOBEL PA’L INVENTOR DE LA CHUPA!
¿Se imagina usted que tenga que madrugar a las cinco de la mañana y el niño no haya dejado de berriar toda la noche, porque la bendita chupa se le quedó en el bus o donde la suegra?
Ahí está lo duro, porque a esa hora, las 3:00 a.m. ¿Dónde va a encontrar una chupa para callar a su bebé?
Y piensa uno, cargando al pelaíto, que, si Superman es el hombre más fuerte del mundo porque levanta por una hora a un hombre, más verraquito es un bebé chillón con necesidad de chupa, que mantiene a la familia LEVANTADA toda una santa noche.
¡Amanece!
Lo primero que debe de hacer, es ir, con los ojos embutagados a comprar una o dos de las mismas chupas que tenía (para mayor seguridad). La hierve y se la da emocionado al niño y ¡Oh sorpresa! ¡El niño no la quiere… pide es la que se perdió!
Y sigue la berriada y te preguntas, ¿por qué si son de las mismas hijuemadres chupas, no las quiere el vergajito? Al fin, gracias a Dios y a sus santos, el bebé se duerme, en medio de profundos sollozos y pucheros, causados por ese síndrome de abstinencia, que tanto hace sufrir a quienes intentamos dejar cualquier clase de vicio; entre ellos el de fumar, que en algo se asemeja.
¡Y lo más verraco es que la desacostumbrada de la chupa, durará tres larguisísimas noches!
Por lo anterior y por mucho más, el inventor de la chupa, chupo o mamila, se merece TODOS los premios Nobel, por los servicios prestados a la humanidad:
El Nobel de Medicina, pues su maravilloso invento ha evitado en muchas partes locuras, fobias, iras y demás plagas que nos rodean; el Nobel de Química y el de Física y de Biología, ya que, algún elemento calmante debe tener; además, porque con unas cuantas movidas de cumbamba y unas pocas chupadas, se concilia el sueño, tanto del niño, como el de la familia.
Además, se le debería de dar el Nobel de la Literatura, ya que en el silencio sublime que propicia, se despiertan todas las musas de la inspiración; también merece el de la ecología (si lo crean) y, especialmente el Nobel de la Paz, por la armonía que propicia entre los seres y porque muchos conflictos se ven más viables de conciliar, después de que los negociadores hayan pasado de una horrible noche, a la hermosa y angelical calma.
¡CHUPAS O ENTRETENEDORES!
Hay chupas anatómicas, como aplastaditas; las tradicionales y las de “afán”, las cuales se le quitan al tetero, para ir entreteniendo a la criatura. Hay fosforescentes para encontrarlas de noche, chupas de caucho, otras de látex; también las de silicona y, últimamente, las detectoras de fiebre.
A propósito de teteros, el que nos tocó fue un frasco de gaseosa o de Emulsión de Scott, el cual era esperado en fila por los hermanitos menores, para calmar su hambre y el síndrome de abstinencia tan severo que hacía que la casa se convirtiera toda en una algarabía al lado de la mamá.
Pa´ mejor decir: ¡Que vivan las chupas y los teteros por su aporte a la paz de la humanidad!
Glosario.
-Chupa: Mamila de caucho; entretenedor.
-Levantada: Fuera de la cama, sin conciliar el sueño.
-Embutagados: Hinchados, inflamados, abotagados.
-Berriada: Lloro sin consuelo y muy desesperante para el auditorio.
-Vergajito; pelaíto, niño.
Granada, 24 de Noviembre de 1999
P:D. Pero eso fue antes, porque ahora, hasta las chupas y entretenedores fueron desplazados por la tecnología, pues cuando empieza a chillar el niño en muchas partes ya no le ponen la chupa sino que le entregan el celular o Tablet que también cumplen la misma misión, pero que indudablemente será mucho más difícil de destetarlo que de la también adictiva chupa, chupón y biberón.

José Carlos
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Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.