Un nido y pichones sobre una trampa contra palomas.Tomada por el autor en parque de diversiones .

PALOMA Y CACA

Pasaba por el parque de mi barrio  y de repente sentí algo frío en mi espalda. Aterrado levanté las manos en  señal de rendición, pero nada más sucedió. Intrigado logré llegar a mi casa y al quitarme la camisa, una gran mancha negra sobre la superficie blanca había quedado indeleble: era la palomina o caca de una paloma; para mejor decir, si hubiera sido en el siglo XVII que sus excrementos se utilizaban para fabricar pólvora, lo que me habría caído en el parque hubiera sido toda una artillería que de milagro no me pasó al papayo.

Entonces se me vino a la cabeza todo un concierto de cu curruccutúes que desde hace años entona a cualquier hora un enjambre (si se le puede llamar así) de palomas que tomaron posesión de los huecos que quedaron entre la columna y la pared del vecino, convirtiendo la parte superior de mi patio en un gran motel palomino.

Y no es solo el ruido y los vuelos diarios, diurnos, nocturnos, festivos y dominicales, sino, también,  las garroteras que arman cuando les da por agarrarse entre ellas, como si fuera en la vecindad del Chavo donde se mezclan diferentes tonalidades, personalidades y edades. Porque, aunque queriditas, las palomas son animales muy mortíferos. Dos palomas encerradas en una jaula pueden acabar la una con la otra de forma sanguinaria. Es triste, pero no raro, observar que las palomas se turnan para atacar a una de ellas si está enferma o herida. Se ha visto incluso cómo dos de ellas, confabuladas, lanzan a otra a las vías del metro de New York que muere sobre los rieles. Este comportamiento puede deberse al instinto de supervivencia y la eliminación de individuos que podrían atraer depredadores o propagar enfermedades. ¡Hay que preguntarles a ellas, a ver qué dicen! – comentaría Chepe. 

Cuando iba para mi casita, después de la popiada, seguí mi camino, miré bien y en muchos edificios de mi barrio hay unas estatuas como de águilas, búhos y lechuzas dizque para espantarlas pero ellas están muy cerca, esperando que se les pase el miedo. Esta nota la ilustro con lámpara  llena de chuzos antipalomas en la que sin miedo alguno hicieron su nido dos palomas, sin peligro de ser agredidas o invadidas por otras. 

Entonces, para que no “se me volara la paloma” y no llenarme de odio, porque a lo mejor, el invasor soy yo, me puse a investigar sobre las palomas y encontré que, como entre los humanos, hay unas de “la jai” o sea de la alta y otras, como mis huéspedes, que son toderas, criollas  y echadas pa lante, como su pecho de paloma.

Las palomas son originalmente aves silvestres que con los cuidados necesarios pueden vivir hasta más de 30 años. O sea que hay que esperar mucho para que se mueran de viejitas, mientras se reproducen más y más.

Se adaptaron y ocuparon las ciudades, ya que los edificios urbanos se asemejan a los acantilados, voladeros y cuevas que son su hogar natural. Estos pájaros  pueden ver a una distancia de 40 kilómetros y escuchar a más de 100 kilómetros, lo que envidiaría el más chismoso de los humanos; pueden, si quieren, volar en un día más de mil cien kilómetros y con una velocidad que puede llegar a 177 km/h; pero no lo  hacen porque les puede más la pereza en el parque. 

Pero volvamos al lado romántico de las palomas, mientras mi esposa va a la tienda por un detergente dizque muy bueno para quitar esa mancha de mi camisa:

Desde el Génesis, las palomitas fueron vistas como seres inocentes, empezando por Noé que mandó a una a ver si el diluvio se había calmado, porque el gallinazo que había mandado se había quedado por allá de rumba y en cambio ella sí regresó con un ramo de olivo en su piquito, porque era gramínea y vegetariana; sin pasarle por la mente de que sus descendientes comerían en mi parque salchicha, salchichón, arroz cocinado, chitos, pan, pescado, repollo, sushi y comidas rápidas.  

Las vemos también como el símbolo de la paz; aunque ese título se lo merece mejor una lechuza que al fin y al cabo es del orden  rapaz.

Muchas canciones se han compuesto en honor a las palomas;  pero parece que para las otras, porque las de mi parque no merecen tantos arrumacos, porque sería como cantarle a unas ratas voladoras pues producen enfermedades terminadas en “osis” como la ornitosis, tuberculosis… y con frecuencia son portadoras de chinches, pulgas y garrapatas que pueden pasar a los humanos.

Pa’ mejor decir, esas tales palomas son la causa no solo de mis desvelos sino también de todas esas enfermedades que me han aquejado desde que nací escuchando esa canción  “cucurrucucúuuu, palomade Miguel Aceves Mejía.

Pero no todo es malo en estas aves: Las palomas ayudan a dispersar semillas que sobrevivan a sus ácidos para luego excretarlas en diferentes lugares; sus excrementos son ricos en nutrientes, lo que ayuda a fertilizar el suelo y promueve el crecimiento de vegetación y, quién lo creyera, son útiles en el control de plagas porque al alimentarse de restos de comida y desperdicios orgánicos, ayudan a mantener limpio el entorno urbano y a controlar otras plagas como insectos; aunque a ellas, como plaga,  no hay cómo controlarlas. 

Pero vamos ahora a sus popós o rilas, como el que me cayó en la camisita, agradeciendo que los elefantes no vuelan:

El excremento de estas aves contiene hasta un 25% de ácido úrico que es muy malo para mis coyunturas, pero no para las de ellas. Es esto lo que reacciona con muros de edificios o con la pintura de un automóvil y deja manchas notables; y, como para su digestión tienen que comer piedritas, carbón y arena, este se convierte en papel de lija o abrasivo  que va desgastando poco a poco todo lo que toca.

Estaba escribiendo esto ya tarde de la noche cuando sentí un golpe sordo en mi casa. Era que una de ellas, con diarrea, desde aproximadamente dos pisos de altura había depositado su recado en el domo plástico de mi patio dejándolo vuelto una miseria.

Pero, estas son las sencillas criollas; porque hay unas más de élite, como algunos deportistas, y los colombófilos crían y entrenan palomas mensajeras que son usadas para participar en carreras. Alrededor del 10% de las palomas mensajeras no llegan a su destino porque sufren accidentes con cables de alta tensión o son víctimas de depredadores o de cazadores. Qué pecao.

Voy a lograr que están como calmaítas allá arriba y mejor me voy a poner a ver una película y a comer palomitas de maíz o Pop Corn que suena como más caché; mientras mi camisa trata de secarse al viento, pero con una manchita en la espalda que no quiso salir, como tampoco lo hicieron las rebeldes palomas de mi patio.

Glosario:

-Caca: Deposición, popó, estiércol.-

-Garrotera: Paliza, serie de golpes dados a una persona o animal.

-Se me volara la paloma: Se volara o perdiera la idea.  

-La jai: La alta (sociedad). High society

-Toderas: Que se le miden a todo.

-Rumba: Fiesta muy bulliciosa.

-Rilas: Excremento de las gallinas y otras aves de corral.

-Abrasivo:  Que sirve para desgastar o pulir, sustancias duras mediante la fricción.

-Colombofilia: consiste en la cría y adiestramiento de palomas para convertirlas en palomas mensajeras, capaces de volver a su palomar.

Medellín, 22 de agosto de 2024

Aporte familiar sobre un regalo palomar, de Tiberio Tamayo:

“Cuando vivíamos en el Zacatin, venían desde donde Fabio Guateja ( los cabecitas) palomas a posarse en el alero de mi casa, en el extremo del balcón. 

 Mi papá le informó a Don Fabio Guateja; él respondió:
-Tranquilo, yo se las regalo.
Qué encartada, con semejante logro pírrico. Se volvieron tan confianzudas que se entraban a la cocina a hacer daños, a quebrar trastos (la vajilla).
¿A quién se le cobraba los daños de esas invasoras?
¿Y por qué tenían que llegar a mi casa?
-Es que mi mamá siempre hospitalaria, hasta con los animales.
La Divina Providencia invocada por mi mamá traía abundancia.(Aunque no de carne, por dañina). Sobraba para  un Piedrahíta.
El Piedrahíta llamaba Ignacio; fue compañero mío en primero, año 1.958.”
 

 
Lámpara con alambres para que las palomas no se acerquen

José Carlos

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