El señor Rosendo, citado antes como comadrón, era un mediquillo o tegua de quien las malas lenguas decían que ordenaba al paciente que, para aliviarse, comprara una libra de carne y se la trajera algo asada. Media libra era amarrada en la base del cráneo del enfermo y la otra media, se la comía el doctor Rosendo. Lo cierto es que, si no mejoraba al paciente, sí calmaba el hambre del susodicho doctor…

POR LAS PARTERAS, DENTISTAS, TEGUAS Y MEDICOS: ¡SALUD!

(Lectura: 5 minutos)

 Corría el año de 1943. Aunque el pueblo de Granada era pequeñito, ya necesitaba los servicios de salud; pues si bien no habían inventado o descubierto todavía el Sida, ya hacían su agosto las paperas, la buenamoza, las almorranas, la tisis, las ronchas, las niguas, el carranchil y el sarampión.

Inicialmente, el Hospital estuvo en la Calle Real o La Cañada; Luego se trasladó, como Puesto de Salud a una casa donde hoy está la Inspección de Policía (1)  y posteriormente, al Hogar de Fátima (2), cerca al atrio del Nuevo Templo o Iglesia de arriba.  Este Hospital de Caridad fundado por iniciativa del padre Clemente Giraldo (¡otra vez el Padre Clementico liderando obras sociales!), fue regentado dos años más tarde por las Siervas del Santísimo y suplía lo que llamamos hoy, la Atención Primaria.

¡Ya hasta servicio a domicilio se tenía, pues Ramón, un hombre fuerte apodado el Burro de Guadalito se encargaba de traer en sus espaldas a las mujeres próximas a tener bebé, cuando a las comadronas o parteras se les complicaba un parto!

Luego pasó a donde hoy está la ESE Hospital San Roque (3), que queda donde fue la escuela de niñas y dotado de capilla donde celebraba el Padre Pedro Nel Quintero.

Pero, el hoy hospital y sus ancestros tienen historia:

Paralela a la atención oficial, marchaba la que hoy se denominaría medicina alternativa: En el pueblo y en los campos (que a dos calles de la plaza ya lo eran), existieron comadronas o parteras reconocidas como Rosarito Piedrahita, Paulina, Teresa Eva, Rosario García (Mochera), y hasta un hombre: Rosendo Marulanda.

Mas, en medicina Juancho López era el que mandaba la parada: hombre muy caritativo, sencillo y científico, que aprendió él solito;  alivió a media, ¡qué digo media!… a toda Granada. Era tan acatado  en sus recetas, que  no sólo prescribía medicinas, sino consejos y elementos ajenos a ellas.

Puedo decir, que mis primeros zapaticos los compraron, porque Juancho López los recetó, al lado de inyecciones del dolorosísimo y aceitoso Rojamín, con la orden perentoria de que, si no le compran los zapaticos al niño, es bobada que me lo sigan trayendo. (Con la mera receta, ya me comenzaba a sentir aliviado).

Con su solo  nombre, la gente se curaba; pues se cuenta de un campesino al que un vecino enfermo le encargó que fuera donde él, para que le mandara para  unos cólicos muy fuertes que lo tenían en cama.

El señor estuvo en el pueblo y se le olvidó ir donde don Juancho, y, paisa, al fin y al cabo, recogió agua de una quebradita, le echó azafrán y la llevó al enfermo. Baste decir, que éste se recuperó, inaugurando en Granada  una nueva tecnología en medicina: la de los placebos.

 Don Juancho, como un duendecillo bueno, preparaba pociones magistrales que vendía, al lado de los jarabes hechos en Medellín como El Lombri-zahye, Pipelón, Forzán, Confortativo Salomón, Pectoral Galia; pastillas como las del Doctor Ross, Cefalina, Alcanfor, Nevroseda y  el infaltable Mejoral; lociones como el Tricófero de Barry y  pomadas como Peña,  Sulfatialzol o Escobar.

 El señor Rosendo, citado antes como comadrón, era un mediquillo o Tegua de quien las malas lenguas decían que ordenaba al paciente que para aliviarse, comprara una libra de carne y se la trajera algo asada. Media libra era amarrada en la base del cráneo del enfermo y la otra media, se la comía el doctor Rosendo. (Lo cierto es que si no mejoraba al paciente, sí calmaba el hambre del susodicho doctor).

Otro que alivió a Granada con sus preparaciones fue Juanito Hoyos, a quien la gente le tenía mucha fe, especialmente a la pomada que elaboraba y a la que hizo famosa durante mucho tiempo: la Pomada Sin Nombre (que a la larga quedó con ese nombre).

Existieron también sobadores o sobanderos, entre ellos don Paulino, quienes cuadraban cuerdas levantadas, que no alcanzaban a ser quebraduras, sino descomposturas.

Me cuentan de una señora que fue a donde uno de ellos y el experto le agarró una extremidad y le dijo: Eh, Ave María doña, usted sí está muy mal de esta pierna-; a lo cual respondió la gozona señora: -el que está mal es usted, porque esa no es la pierna enferma-

Hubo también la creencia popular de que tomar un poquito de pólvora con aguapanela, era lo mejor contra el miedo. (Ahora lo malo es que ya la pólvora no es poquita y no la usan con aguapanela… por eso el susto sigue).

Con la medicina, marchaban también las dentisterías, las más famosas de las cuales fueron la de Bernardo Herrera, Cenón y Carlos Velásquez y la de Floro Duque.

En ese mismo tiempo, existieron la Botica de Ramón Yepes, la de Ernesto (Boticario) Salazar y la Farmacia Santa Bárbara.  El granero de los Hoyitos se convirtió luego en la Droguería Hoyos.  Hoy por hoy, las farmacias representativas son La Panacea, El Hospital y la de Coogranada.

Volviendo al hospital, y exponiéndome ciertamente a omitir muchos nombres, hay qué mencionar médicos prestigiosos quienes, pese a las privaciones, hicieron de su profesión un apostolado. Es así como mencionaré entre ellos a los doctores Sierra, Pablo Tamayo, Roberto Naranjo y Emilio Robledo (a quien mi mamá le tenía una fe ciega); al  doctor  Meritzalde, doctor Manuel Yepes y  doctor Acosta. Más acá en el tiempo, recordamos y aplaudimos a Jorge Boneth, Blanca Luz Cumplido, Humberto Hoyos Jiménez, Gerardo Alzate y a, Martha Luz Gómez Salazar;  a la  hoy odontóloga  Eva Inés Zuluaga, a la nunca olvidada enfermera Clarita Castaño, al odontólogo Rodrigo García y  todos quienes, en la actualidad, cumplen sus labores humanitarias en nuestra localidad.

 Aparte de los profesionales de la medicina, no podemos olvidar a don Fidel López, Inspector de Higiene; a los síndicos  don Horacio Gómez, Javier Quintero y Rocío Zuluaga; a los Promotores de Saneamiento Jorge Alberto Gómez Gómez (después mejor Alcalde de Antioquia y luego sacrificado) a Evelio Duque.

Así pues, con el esfuerzo de los antecesores y los actuales servidores a quienes también agradecemos sus desvelos por nuestro bienestar, Granada sigue “¡bien y mejorando!”.

Granada, julio 19 de 1997

Glosario:

-Paperas: Enfermedad causada por un virus. Por lo general, afecta las glándulas que se encuentran a cada lado de la cara.

-Buenamoza: Grito de guerra que producía pánico en los hogares, debido al manejo estricto  de los pacientes con hepatitis que incluía el manejo independiente de cubiertos, vajilla, ropa de cama y objetos personales, los cuales eran desechados al final de la enfermedad.

-Almorranas: Venas hinchadas y también inflamadas en el recto y el ano que provocan incomodidad y sangrado. Hemorroides

-Tisis: Tuberculosis pulmonar.

-Ronchas: denominadas clínicamente como urticaria, consisten en una reacción cutánea que produce una molesta picazón.

-Niguas: Una nigua es un ácaro diminuto, similar a una araña o garrapata. Tanto los síntomas como la forma del parásito son parecidos a las de una ampolla. Al inicio se siente comezón en el área infestada.

–Carranchil: Afección cutánea contagiosa provocada por un ácaro o arador, que excava túneles bajo la piel, produciendo enrojecimiento, tumefacción y un intenso pruritoSarampión: Síntomas · Fiebre · Tos seca · Goteo de la nariz · Dolor de garganta · Ojos inflamados (conjuntivitis) · Manchas blancas diminutas con centro blanco azulado y fondo …

-Comadronas: Parteras ancestrales.

-Placebos: Sustancia que, careciendo por sí misma de acción terapéutica, produce algún efecto favorable en el enfermo si este la recibe convencido de que esa sustancia posee realmente tal acción.

-Tegua: Curandero.

Datos a marzo de 2024:

(1) Cárcel. Ya no existe. Luego se construyó el centro de ayudas educativas ya no existe; allí funcionó por un tiempo el núcleo educativo y ahora, Construgranada.
Otra parte de ese lote que antes era cárcel, es donde se construyó un programa de vivienda de interés social del municipio. 

(2) Donde estaba el hogar de Fátima lo que existe es una serie de apartamentos que una familia arrienda, sin modificar la fachada.

(3) El hospital San Roque es hoy denominado Hospital Padre Clemente Giraldo. 

Hace tres años, el 23 de marzo de 2021  falleció víctima del Covid 19, su administradora, o síndica Patricia Pérez; un duro golpe para el hospital y los paisanos que tuvimos la fortuna de conocerla y tratarla. 

 

José Carlos

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Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.