...les cuento que mi nombre que suena a indígena es zarigüeya pero en Colombia y Granada me conocen con el nombre de chucha; y mi vida y la de mis amigas es muy dura porque tenemos muy mala fama dizque de depredadoras y por ese chisme nos apalean, apedrean y matan. Si no fuera porque en cada parto tenemos hasta quince chuchitas, que cargamos en la bolsa, como mis primos los canguros, ya nos habríamos extinguido de la faz de la tierra y la gente se hubiera perdido de nuestra belleza y esbeltez.

Hola; soy un animal peludo, con larga cola que me sirve para no caerme de los árboles; tengo una trompa larguita y puntuda y una bolsita que más adelante les diré para qué me sirve.


Les cuento que, aunque tengo fama de gallinera, me gustan mucho más algunos mamíferos pequeños, pájaros, huevos, reptiles y vegetales, además de insectos grandes, larvas e incluso gusanos. Y me le apunto a jartar hasta granos y frutas, pues de las riludas gallinas sólo me encanta la sangre; lo demás, como pechuga, muslos, y contramuslos los dejo por ahí tirados para que otros animales sí se los coman.


Como soy, de acuerdo a los seres “humanos” como un poquito feíta, la gente me tira muy duro, pues lo primero que se les ocurre cuando me ven, es tirarme piedras como a mis vecinas, las culebras y no me dejan ni defenderme, porque, como salgo es de noche, me “encandelillan” con una linterna y quedo como ciega y dando papaya para que me pasen al papayo.

En cambio, una vez que un perro me sacudió, me le ericé y me les hice la muerta sacando la lengua, babeando y atrayendo hasta moscas verdes, para que a mi atacante le diera harto asco y me dejara por ahí tirada, de donde me levanté luego despaciesito para irme otra vez para la casita o arbolito que no debí dejar esa noche del citado ataque.
Por si no saben aún quién soy, les voy a dar una pista: Beiba, la que hacía tapa’os de chócolo en Granada, cada rato envenenaba a muchas de mis hermanas , porque creía que se le comían las gallinas y pollitos y resulta que eso lo hacían era la comadreja y un perrito de los vecinos de ella, llamado Sifri.


Bueno, para que no echen más cabeza, les cuento que mi nombre que suena a indígena es Zarigüeya pero en Colombia y Granada me conocen con el nombre de chucha; y mi vida y la de mis amigas es muy dura porque tenemos muy mala fama dizque de depredadoras y por ese chisme nos apalean, apedrean y matan.


Con decirles que si no fuera porque en cada parto tenemos hasta quince chuchitas, que cargamos en la bolsa por fuera del estómago, como mis primos los canguros, ya nos habríamos extinguido de la faz de la tierra y la gente se hubiera perdido de nuestra belleza y esbeltez.


Y es que hasta nuestros nombres causan confusiones; porque, en algunos países y regiones, somos, de acuerdo a ellos, un órgano del bajo vientre femenino ; en cambio en Granada, somos unos animalitos bellos, como el que les habla en estos momentos.

¡Pero, qué contraste es ver cómo la chucha es perseguida y apedreada en Antioquia y en cambio, tan apetecida especialmente por los hombres, en Ecuador y la Costa!


Hasta ahí es soportable nuestra reputación; pero se nos daña es cuando al referirse a alguien a quien odia, la gente lo llama chucha. Por ejemplo, dicen que Nerón, Calígula y Hitler, eran unas chuchas; que esos que montan guerras y que han acabado con casi toda la humanidad son unas chuchas; que los chanchulleros que le roban al Estado son unas chuchas; que los violadores y asesinos de niños son unas chuchas; que los papás de los traquetos sicarios son unas chuchas y que en cambio ellos sí quieren mucho a la mamá o “la cucha”, porque los alcahuetea y se hace la boba cuando ve que su hijo, que no trabaja, se mantiene tirando su buena mecha en una Toyota último modelo. (Tan parecidos los nombres, pero tan diferentes).
También nos ponen muy por debajo, cuando van a un mercado y compran bobadas que no sirven para nada, mejor dicho, puras “chucherías”! Qué pena con ustedes, pero no sé en qué se parecen a nosotras esas bobadas!

 

Como ya me está cogiendo la noche y me toca salir al monte, sólo les dejo un olorcito que uso para espantar a mis enemigos, el cual es muy parecido al que les da en el sobaco a los hombres y mujeres y que también espanta, pero a los amigos: Es la famosa “chucha” o golpe de ala que aburre hasta al más fiel de los amigos.

Con decirles que los chivos tienen fama de oler muy maluco y una vez, uno de esos tipos que odian al agua pidió posada en una finca. Allá le dijeron que sólo había espacio en el corral del chivo… ¡y que viera a ver si aguantaba el olor!


A la una de la mañana, efectivamente se oyó una voz en el corral:

-“¡Qué olor tan espantoso; gaaas!”… y era el chivo que no había podido pegar el ojo con el olor a chucha que tenía el visitante de esa noche.

Como verán, hasta el nombre que nos pusieron es como raro, porque, que yo sepa, nos llaman así tanto a los machos como a las hembras, o sea que no tenemos definición masculina y cuando hablan de “Chucho”, entre los humanos, se refieren es a los “Jesús María” que abundan en nuestra tierra antioqueña. También, lo usan cuando quieren asustar a los niños a quienes amenazan con que “se los va a llevar el chucho” si dicen mentiras; o “sease”, que no contentos con equipararnos a gente tan mala, hasta nos comparan con satanás y eso sí me hace emberriondar y me saca la piedra mucho más. Y más, cuando en Granada hay gente muy vacana que vale la pena y por cariño, no por desprecio, los llaman “Chuchas”, que toman casi como un apellido más.

Pa`mejor decirles; aunque nos vean feítas y “pelo’echuchas” nos gusta que mejor nos conozcan como los animalitos nocturnos que somos y que simplemente tratamos de sobrevivir en este mundo que, desde siempre, ha sido hostil hacia nosotras en casi todas las partes del planeta donde existe el depredador número uno desde los inicios de la humanidad: el hombre! … y claro, también las mujeres… que los mandan a que nos maten!

Glosario:

-A jartar: a comer.

-Pasen al papayo: Maten.

-Buena mecha: Ropa muy fina. 

-Riludas: Gallinas feas.  

-Traquetos: personas dedicadas al ajuste de cuentas, en el bajo mundo. Sicarios.

– Saca la piedra: Hace dar mucha más rabia.

-Llevar el chucho: Llevar el diablo. 

-La cucha: Como denominan los traquetos a sus madres.

-Zarzo: Parte más alta de la casa, que tiene por cubierta el tejado.

-Pasen al papayo: Maten.

-Emberriondar: Dar rabia incontenible.

 

 

José Carlos

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Navegando por Granada

Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.