
Además de los tales humanos, nuestras peores enemigas son las aves, entre ellas las tontas y dizque “inofensivas” gallinas. Tan es así, que cuando los hombres quieren exagerar que una cosa se acaba ligero, dicen que “dura más una cucaracha en un baile de gallinas”. Una vez una de mis amigas empezó a dar vueltas estirando las antenitas, las paticas y revolcándose de la manera más sensual.
¡Quihubo pues amiga cukis! -¿Reguetón?-/ -Qué va de reguetón … – ¡Baygón, mija! – (Lectura: 3 minutos y medio)
UNA CUCARACHITA PAISA, VOS
(Lectura: 3 minutos y medio)
Hola; soy la cucarachita paisa. Les cuento que, al pueblo de Granada llegué en las hojas secas de plátano que cubrían los bultos de panela que venía de la vereda y mis amigas, en los helechos que tapaban los de papa de las veredas de tierra fría. Claro que cuando llegamos, ya había muchas más viviendo aquí desde antes de la fundación del pueblo.
Nos bajaron en la plaza y por los lados de Las Brisas y lo primero que hicimos fue escondernos, porque nunca habíamos visto tanta gente junta. Logré luego encontrar refugio en un subterráneo del Colegio de abajo donde no me faltaba nada: pedazos de chitos, melitos, papitas, papelitos, polvo y otras delicias que caían por las rendijas de las tablas y las que disputé mucho con otras cucarachas que se creían de mejor familia; pero que ni creyeran, que yo también vengo de muy buena raza y además soy voladora cuando me toca. En estas peleas me tocó ver a algunas que se quedaron boca arriba y no se pudieron volver a “voltiar”, por lo que se murieron de hambre como a los nueve días.
Desde esa cueva vi que la gente, aunque pobre, vivía bien cuando entre ellos había un hermano maestro, y que los del marco de la plaza eran los más acomoda ‘os pues hasta televisor tenían algunos. Era pues, la década de los años 70s en Granada. Evitando, por mi seguridad, ser pisada por los zapatos Grulla, Cauchosol y tenis Croydon de la gente, un día me atreví a salir por la calle de Pepa Herrera y oh, sorpresa: Me encontré con una de nosotras toda mona y zarca.
Entonces le pregunté:
-“Hola, cukis; ¿fue que naciste “albina” que estás tan blanca?-
Y toda ofendida me respondió:
-“Qué va de albina; lo que pasa es que salí de una panadería y voy de baño”-.
No había acabado de explicarme por qué estaba empolvada como una gelatina, cuando vi que un par de guayos venían a las carreras y, yo no sé cómo, pero nos orillamos, de manera que pasaron calle abajo, chutando un balón y su dueño gritó todo emocionado una cosa que yo ni sé que quería decir: ¡Goooool! (parecen bobos estos humanos tan pendejos).
Esos son mis primeros “pasitos” en Granada y les cuento que me pone muy triste que los seres “humanos” nos tengan tanta bronca, pues no nos pueden ver ni en pintura.
¡Ay de la pobre cucaracha a la que vea una vieja! Inmediatamente la persigue (toda garetas) y muere aplastada bajo las chanclas de esa “&%••” • anciana. En cambio, esa misma cucha ve un hijuemadre langaruto o un gato y lo acaricia y hasta lo besa. (gasss, carajo).
Además de los tales humanos, nuestras peores enemigas son las aves, entre ellas las tontas y dizque “inofensivas” gallinas. Tan es así, que cuando los hombres quieren exagerar que una cosa se acaba ligero, dicen que “dura más una cucaracha en un baile de gallinas”.
Estaba pensando en esto, cuando vi al autor de este artículo, llenando de veneno un atomizador. Yo creí que nos iba a rociar con fragancia de rosas, cuando empezó fue a darnos golpes con el aparato, persiguiéndonos por toda la pieza.
Es apenas lógico, que ninguna de nosotras cayó, pero sin embargo su cuarto quedó hecho popó.
En una de mis andanzas por el pueblo, (porque me volví una vaga que ya ni trabajo), ingresé a una de las farmacias, cuando un señor entró y dijo:
¿Me vende un remedio para las cucarachas?
El farmaceuta Darío preguntó muy serio: – ¿Para llevar? –
¡No; si quiere le traigo las cucarachas para que se lo dé a cucharaditas una por una!
En nosotras también ha influido mucho la moda, lo que ha hecho que nuestra vivienda se haya transformado:
¿Quién iba a pensar hace algunos añitos, que nosotras estaríamos viviendo en celulares, I-IPhone, computadores, aparatos anti cucarachas y hasta cohetes espaciales? ¿O, que nuestra dieta sería comida “chatarra” y no los deliciosos suda ’os, frisoles y coles que consumían los habitantes de este pueblo hasta hace poco?
Bueno; de todas maneras, nosotras somos muy “adaptativas”. Con decirles que, si ustedes logran ver una cucarachita, es porque hay otras 200 escondidas esperando ver cómo le ha ido por allá afuera a la compañera. Además, ya nada nos hace daño, nos hemos vuelto inmunes a todo (menos a la chancla): radiaciones, venenos, hambre y miseria, porque en esta última es que nos encanta vivir, pues repartimos enfermedades y no falta qué comer en el desaseo que muchas veces viene con esta.
Como ven, mi vida en Granada ha sido muy tranquila y me siento hasta orgullosa, porque en medio de las guitarras y violines donde también he vivido, he escuchado de una compañera muy famosa en la música mejicana, que parece que está tullidita, pero ha hecho bailar a mucha gente en el mundo. Además, porque pudieron haber compuesto una canción al gorgojo, la lombriz o a la amiba y nos prefirió a nosotras. (A lo mejor es porque algo tenemos de bellas, aunque muy oculto).
Una vez pasaba por el frente del bar La Revancha, cuando una de mis amigas empezó a dar vueltas estirando las antenitas, las paticas y revolcándose de la manera más sensual. Me acordé entonces de esa canción “La cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar…” pero vi que ella sí podía caminar porque tenía las dos paticas de atrás y hasta daba vueltas como un trompo; entonces, yo, creyendo que era que estaba influenciada por la música de ahora, le pregunté :
¡Quihubo pues amiga cukis! -¿Reguetón?-
Y ella, mirándome de reojo me contestó:
-Qué va de reguetón … – ¡Baygón, mija! –
Y era que la amiga estaba envenenada y yo riéndome de ella. ¡Qué peca’o de la pobre!
Glosario:
-Voltiar: Voltear. Volver a la posición original
-Acomoda ‘os: Sin muchas dificultades económicas.
-Albina: Blanca, muy mona, con poca melanina en la piel.
-Comida “chatarra”: Comidas rápidas con muchas salsas.
-Adaptativas: Adaptables.
-Tullidita: Con imposibilidad de caminar.
-Baygon: Veneno para los bichos.
Granada, 24 de febrero de 2010

José Carlos
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Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.