ESTO SOLO PODRÍA PASAR EN GRANADA

                                                         

Esto sólo podría ocurrir en Granada

Zoológico  Ilógico

(Lectura 2 minutos)

Ante la persistencia de los apodos en Granada y dado que éstos se tornan tan familiares que hasta a sus “víctimas” les hace falta escucharlos, me puse en la tarea, de entre los cerca de novecientos motes  muy conocidos, extractar algunos y escribir la historia ficticia de una boda entre personas que son más conocidas por el autor.

Desde los inicios de su idilio, estos dos personajes se habían podido encontrar y enamorar, gracias a que el destino  había tramado el encuentro casi casual entre ellos en el colegio de arriba,  muy cerca de la salida del pueblo hacia Medellín.

El noviazgo duró cuatro años, tiempo en el cual,   la novia también se vio asediada por especímenes o personajes como: “Pulga  Arrecha”, “Perro”, “Lechuza”, “Pájaro”  y hasta  “Perra Fija”, pero ella se obstinó en su fornido “Repollo” de novio.

Soñé que Chepe se iba a casar con Marta e invité a la supuesta boda a todo un zoológico que dio como resultado una historia loca y, espero, divertida:

 La ceremonia a la que asistieron también “La Burra”, “Buey”, “Ternera”, “Ratón”, “Mosco”, “Gallo”, “Yegua”, “Zorro” y hasta “Rata  Mona”  duró poco,   debido a la urgencia de “Gallina”, testigo de la boda,  que comenzó a sentir unos antojos muy grandes de conocer de cerca a “Pinche” que era amigo de su “Gallo”.

En el atrio “Tominejo”, “Conejo” y “Piojo”, los abrazaron y les desearon muchas felicidades, y desde lejitos, para no contagiarlos de su gripa aviar, estaban lanzándoles picos “Polla Triste”  acompañada de cerca de su amigo “Gallo Fino”.

 ¿Imposible?

 No en Granada; porque no era nada de difícil ir por la calle y saludar a “Estoperol”, “Sartén”, “Tenazas” y hasta a “Lagañas”. O, bajar a la plaza y encontrar sentados y charlando animadamente y contrariando hasta a la misma lógica de la naturaleza: a un “Tigre” con “Conejo” y una “Vaca”;   a una “Chucha” con un  “Pollo; a “Araña con “Mosco” y “Zancudo”. Tampoco sería extraño encontrar a “Tortas de Cal” con  “Pistochos”;  o ver a “Esqueleto” tomando trago con “Huesito”;  a “Tabaco” con “Chorro de Humo”; a  “Tarzán” charlando animadamente con “Chita”; a   “Muelón” con  “El Ojón” o a “Gallinazo”, “Lechuza”, “Pinche” y “Tominejo” y “Pollo e Gus”  charlando animadamente en medio de un plumero. O también  a un “Buñuelo” charlando animadamente con  “Panqueso”, “Ballena” y “Apetecida” y en otra mesa, a “Pinche”, “Gurre”, y  “Orejitas”; todos  atendidos diligentemente por “Bayoneta” y “Plomo”,  y   divirtiéndose con los chistes de  “Senona” y “La Milpesos”.

 ¡Es posible! O si no, que lo diga “El Mudo” que es el que más habla en Granada, aunque por señas.

Todo un zoológico y aunque una historia hilarante y loca, desdeñando la lógica de la naturaleza, en Granada sí pueden suceder estos encuentros y hasta matrimonios, dado que cada personaje con su apodo representa un ser humano con todas las cualidades y defectos, que como tales solemos tener.

 

 

 

 

Medellín, 16 de mayo de 2012

José Carlos

¡Opina!
Te puede interesar...

Navegando por Granada

Acumular durante años en su memoria historias, consejas, anécdotas, dichos y apodos para luego contarlas en un lenguaje sencillo, amable y humorístico fue una tarea que se impuso José Carlos Tamayo Giraldo hace más de 25 años para acrecentar el amor de sus paisanos hacia su pueblo, Granada.